UNO DE LOS FACTORES ESENCIALES PARA LA CAPTURA DE BUENAS DORADAS ES CONOCER EXACTAMENTE EL MEJOR CEBO. RAÚL NOS GUÍA PARA SABER LOS IDEALES
Normalmente la mayoría de los pescadores guardan con celo sus experiencias y conocimientos para ser los mejores, y que los demás no conozcan sus secretos. Excepcionalmente, el pescador deportivo Raúl Mario Pérez Luna nos aporta los datos secretos de su bloc de notas que inseparablemente lleva en cada una de sus jornadas de pesca. Allí anota referencias del viento, cebos utilizados, coeficientes de marea, luna, peso de ejemplares….todo tipo de variables que le sirven para mejorar su pesca, y conocer los misteriosos factores que permiten descubrir el mejor momento y modo de engañar al gran pez.La necesidad de todo pescador de saber cómo, cuando y dónde lanzar la caña, le ha llevado a realizar un particular estudio a través de las 438 grandes doradas que ha capturado en los últimos 5 años. También ha anotado referentes de las presas obtenidas por sus compañeros de playa, lo que le ha llevado a saber más sobre la conducta de las grandes doradas en la bahía de Cádiz al surfcasting. Un análisis que le permite descubrir los misterios de la pesca que únicamente se consiguen tras cientos, o miles de horas lanzando y recogiendo el aparejo.Resultado de este excepcional estudio, que ofrecemos en exclusiva a los lectores de la wed, ha sacado conclusiones que ni él mismo sabía o conocía respecto a los mejores cebos y las horas más fructíferas. Análisis que a un experimentado pescador como él le siguen sorprendiendo, tanto por experiencia propia como por los cientos de consejos recibidos de otros expertos aficionados locales, con veteranía en la playa. Y según nos comenta, sus conclusiones desconcertarán a más de un pescador habitual de Cádiz de grandes doradas, ya que rompe sobre todo el mito o tradición de que la mejor pesca se produce únicamente durante la primera hora comprendida en el momento que empieza la bajamar.
En cuanto a la merienda que le tendremos preparada a los más fornidos, descartaremos el gusano arenícola-que será comido por la moralla- que no nos interesa- y nos decantaremos principalmente por dos cebos; el cangrejo y el conocido como “pepino de mar”. Este último, cuyo nombre científico es “holoturoideos”, y a pesar de su aspecto de gusano gordo de color oscuro, en verdad es un equinodermo marino emparentado con las estrellas de mar y los erizos, solo que con su alargado grosor adquiere una similitud con un pepino agrícola, de aquí este nombre. Con la marea baja, éstos “pepinos” se recogen en la orilla de la costa gaditana donde haya mezcla de arena y piedras, bajo las que se asientan, y suelen medir unos 20-25 cm de longitud. En la bahía de Cádiz son muy abundante precisamente porque es un cebo poco cogido ya que su efectividad es únicamente para los grandes peces que busca Raúl: doradas, pargos, dentones y hurtas. No atrae a los pescados medianos, más pendientes en la ingesta de arenícolas, por lo que carece de interés como cebo para los pescadores deportivos que tientan a doradas de menor calibre. Para prepararlo en el anzuelo, se corta por delante y detrás, se raja y dentro hay un pellejo interno, muy consistente y aferrado, que se saca con una cucharilla. Depende del tamaño de este gusano, esta membrana se puede cortar en dos o tres trozos, introduciéndolo en el anzuelo con la ayuda de una aguja, simulando un gusano, y fijando la presentación con hilo elástico. El pepino de mar, un cebo ideal para los grandes peces, en un capítulo de este libro se explica su preparación paso a paso Este cebo tiene la gran ventaja para Raúl de que: “No se lo come ningún otro pez que los grandes que buscamos, además no hay que vigilar constantemente el aparejo y es durísimo, casi indestructible, ideal para esperar tranquilamente durante largo tiempo en fondos lejanos de la orilla…” Aunque el cortar este equinodermo marino pueda parecer una operación un poco repugnante, Raúl nos quita importancia a esta operación: “Es un cebo limpio, únicamente por su carácter esponjoso echa mucho agua en los tajos, pero lo que aprovechamos es su carne interior, muy dura pero blanca, incluso se pude conservar en el congelador de un año para otro y vale igual, su textura es similar a la sepia”. En cuanto a los cangrejos, él sale a recolectarlos con la marea más baja. Raúl utiliza un truco: en la noche va con una potentísima linterna que ciega y atonta a los crustáceos y los hace brillar entre la oscuridad.
Los cangrejos ideales son los que miden unos 3 cm de longitud. Aunque en principio todos los crustáceos valdrían para los distintos tipos de peces grandes, éstos también tienen preferencia en su comida. Por ejemplo el cangrejo conocido como “mariquita” es especialmente atractivo para la hurta, mientras que los denominados en esta zona como “boca de la isla” o “coñeta” son especialmente atractivos para las doradas, aunque también deseados por las hurtas.
El cangrejo es otro de los menús favoritos de la gran dorada, por su consistencia del caparazón el cebo estará a salvo de los ataques de peces más pequeños Raúl recomienda que en época de sargos -o sea, en los meses de julio y agosto- se utilicen los crustáceos más compactos: “Los cangrejos más duros son imprescindibles cuando ves que hay abundancia de pescado pequeño, aquí a estos crustáceos los llamamos pistoleros por la gran consistencia de su caparazón que únicamente lo puede partir una boca de un gran ejemplar como los que busco”. Para el que no quiera ir a buscarlos, en las tiendas locales de pesca los venden sobre 2,50 euros la docena. En cuanto a la sepia, es importantísimo utilizar tiras de piezas muy frescas, capturadas en el mismo día o como máximo 48 horas, descartar productos congelados que no son del agrado de los grandes ejemplares de doradas y dentones
No habéis elegido él mejor color del texto... Cuesta algo de trabajo leerlo.
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